LA CORRIERON POR EL METROBUS, PERO DESPUES EL FUNEBRERO NO LA DEJABA VOLVER

Por las obras de mejora en la zona, la canillita había sido trasladada unos metros, cuando quiso volver, el dueño de la casa de velatorio le puso un cesto de basura. Llegaron los delegados y la compañera esta nuevamente en su lugar.

Elvira y Miguel son canillitas de Isidro Casanova, partido de la Matanza. Su parada de diarios se encuentra ubicada en Ruta 3 y calle Tokio. Durante el tiempo que duro la obra,  Elvira y Miguel trabajaron con alguna dificultad;  las ventas cayeron y todo se hacía más incómodo, pero  aguantaron abrazados a la esperanza de que con  la mejora  las ventas volverían  a subir.

Finalmente ese día llegó, el Metrobus estaba terminado. Pero la felicidad duro apenas unas horas. Cuando Elvira fue a  conocer como había quedado el lugar donde volvería a colocar su parada de diarios se encontró  que el frentista, propietario de una casa funeraria, había colocado un cesto de basura.

Sorprendida, Elvira llamó a Daniel Ponce, referente de la zona de La Matanza  pidiendo ayuda y   realizó la denuncia en la municipalidad. Las cosas se atrasaban, la solución no llegaba y el  “funebrero” cada día se ponía más duro. Fue necesaria la intervención de todos los representantes de la zona para que el conflicto no pasara a mayores.

El día que llego el nuevo escaparate, Daniel Ponce, Luciano Lisa, Luis Ramis, Edgardo Sánchez  y Julio Pasarello acompañaron a Elvira y Miguel, con paciencia y mucha  firmeza destornillaron el cesto de basura, para que el fabricante de muebles pueda bajar el escaparate. Cuando la cosa parecía estar encaminada, llegó la policía. Estaba claro que el funebrero no se rendiría tan fácil. Fue el propio Luis Ramis quien, entre medio de algunas escaramuzas le explicó  a los efectivos que ese era el lugar que debía estar la compañera, no conformes, Ramis también le espeto en la cara al oficial  el permiso ministerial donde constan la dirección exacta de la parada. Los efectivos le dieron la razón a los representantes gremiales y se marcharon. Hoy Elvira y Miguel trabajan tranquilos.