La columna de los canillitas, por Carlos Vila (22/11/2020) El modelo

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Los cuatro años de macrismo, y el golpe de la pandemia sobre la economía, están siendo una mochila muy pesada para la clase trabajadora. Si bien se logró un freno importante en el proceso inflacionario, es tanto el desbarajuste que hay, que la salida es realmente complicada.
Sin embargo el movimiento obrero está vivo. Hemos recuperado la calle y estamos en una permanente búsqueda, ya que aspiramos a una mayor participación en las definiciones de lo que consideramos nuestro gobierno. Por supuesto que lo hacemos con la diversidad de miradas y posturas que tiene nuestro movimiento, y con la seguridad de que ningún compañero dirigente la “tiene atada”. Las bases marcan los límites constantemente, y nos recuerdan la necesidad de ampliar el TODOS de nuestro Frente de TODOS.

Del otro lado el conglomerado opositor definido por partidos políticos, medios, empresarios y sectores de la justicia, siguen en sus 13 pero acusan duros golpes. Tienen en discusión nada menos que el liderazgo ¿quién conduce?; tampoco pudieron resistir con éxito el avance del aporte extraordinario para las grandes fortunas; sus medios de comunicación pierden audiencia día tras día; y todas las semanas se ven avances en casos de corrupción que los involucran. No hay que olvidar que hace apenas unos días el que parecía ser “su” poder judicial les dio una respuesta que no los dejó nada conformes en el caso de los jueces trasladados.

Nosotros sin embargo tenemos una gran ventaja. Tenemos un modelo. El peronismo no solo tiene bibliotecas escritas por el propio General Perón y por una cantidad incontable de intelectuales argentinos, latinoamericanos y del mundo entero, sino que además desde hace 80 años tenemos una historia de grandes conquistas desde lo económico, lo político, lo cultural… con una ampliación de derechos de todos los actores sociales como no lo ha hecho ningún otro movimiento político en toda nuestra historia.
Las políticas que nos dejó Perdón a mediados del siglo pasado son los insumos de las políticas inclusivas que inició Néstor en este siglo, y que luego continuó y profundizó Cristina. Y esas políticas son los insumos con los que está gobernando el Frente de Todos.
Después de la crisis del 2001 el kirchnerismo decidió poner el Estado al servicio del mundo del trabajo. Fue por aquel entonces que se entregaron millones de REPRO para evitar que las empresas quebraran y los trabajadores quedaran en la calle. Hoy este gobierno está haciendo lo mismo.
El Estado Nacional, con Alberto a la cabeza, puso millones de pesos en IFE, ATP, AUH, créditos blandos, y también puso distintas reglamentaciones de protección al trabajo para evitar una tragedia aún peor.
El gobernador Kicillof puso en marcha el programa Preservar Trabajo que, con los fondos de la provincia, también aporta distintos tipos de subsidios a los trabajadores para evitar la profundización de la crisis. Este es nuestro modelo. No caben dudas.

Increíblemente, y lamentablemente, nada de esto sucede en la ciudad de Buenos Aires, a pesar de ser el distrito más rico y con más recursos del país.
Sin dudas tiene que ver con una cuestión ideológica, con un modelo. Otro modelo. En el que no es exclusivo de Horacio Rodríguez Larreta el darle la espalda a los que más lo necesitan.
Casi la totalidad de los legisladores de Cambiemos esta semana votaron en contra de que 9.000 millonarios de la Argentina pagaran un aporte solidario, por única vez, para ayudar a solventar los gastos extraordinarios que exige esta crisis universal. Esos legisladores representan al 40% de la población, pero eligieron darles la espalda a todos y todas para defender el patrimonio personal del 0,02% más rico del país. Una obscenidad.
Es filosófico. María Eugenia Vidal no puso un peso en las universidades públicas ya que decía que los pobres no van a la Universidad. Esta semana tuvimos el enorme placer de conocer que en la Universidad Pública de Florencio Varela el 98% de los egresados son en su familia la primera generación de profesionales.
Movilidad social. Eso es el peronismo. Para eso trabajamos y militamos todos los días. Para cambiar las cosas. El cambio no es una consigna publicitaria, es un modo de hacer política y de decidir a qué y a quiénes asignar recursos. Los canillitas le seguimos haciendo frente a la pandemia y a todos los virus depredadores a los que les venimos dando pelea desde hace décadas. Sabemos que no estamos solos, y que más temprano que tarde nuestra pelea va a dar los frutos que estamos sembrando. Nos podemos equivocar en un montón de cosas, pero sabemos que el camino es el del modelo que nos dio todos nuestros derechos desde aquel octubre de 1945.