La columna de los canillitas, por Carlos Vila (13/09/2020) La hora de los perros

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La editorial de hoy es, más que nunca, una proclama política. La Argentina está viviendo un momento muy difícil. Los que perdieron el 27 de octubre buscan impedir y desacreditar cada una de las medidas de gobierno que toma el presidente que elegimos las mayorías. No aceptan la democracia. Los que perdieron tienen nombre y apellido. Se llaman Macri, Bullrich, Carrió. Son el sector financiero, son la Sociedad Rural, son un sector de las fuerzas de seguridad, son una parte del Poder Judicial, son algunos grandes medios de comunicación, son las empresas concentradas. Son los que se aferran al poder. No a la democracia.

El 27 de octubre los argentinos pudimos dar vuelta la página de la historia porque confluyeron una serie de inteligencias y voluntades. Está claro que no podríamos haber sido gobierno otra vez sin la lucidez, los ovarios y la humildad de nuestra compañera Cristina.
Ella fue la que diseñó la jugada. Es la ideóloga de la vuelta al poder. Si perdemos esto de vista no vamos a poder entender el por qué de estos ataques claramente destituyentes que están llevando adelante desde varios sectores del poder real y el principal partido de la oposición.
Ellos necesitan de todos los voluntarios a sembrar el miedo. Se llamen Duhalde, policías, o quien sea que se anime a bancar otra fake news en los medios de comunicación.
Si no entendemos esto no vamos a entender por qué atacan a nuestro Gobernador. En Axel ven a Cristina. En Axel ven a uno de los mejores alumnos de nuestra doctrina. En Axel ven el futuro.
Pero volvamos a Cristina. Porque para que Cristina pudiera hacer esa jugada magistral, primero hubo un escenario que construimos colectivamente cada uno de los trabajadores y actores del campo popular. Fuimos nosotros los que le pusimos el cuerpo a los carros hidrantes, y los ojos a las balas de goma con las que intentaba frenarnos el criminal gobierno de Macri. Los mutilados son siempre nuestros. Fuimos nosotros los que impedimos una nueva quita de derechos a través de una reforma previsional y otra laboral. Fuimos nosotros. Y tenemos que volver a ser nosotros.

Hace unos días el presidente expresó un deseo: “cuando termine la pandemia los argentinos de bien van a salir a las calles a hacer un banderazo”, dijo.
Se aceleraron los tiempos, Presidente. Los argentinos de bien vamos a salir cuando termine la pandemia, pero debemos hacernos escuchar ahora. El movimiento obrero conforma por sí sólo la mayoría de la Argentina. Somos la columna vertebral del partido político más importante de la Argentina, que nos dio la dignidad y que consolidó nuestros derechos.
Tenemos que salir no sólo a frenar los intentos arrebatados de los golpistas de siempre. Tenemos que salir a consolidar esa unidad de la clase trabajadora que supimos construir hasta el 2019,y ahora que tenemos las herramientas para hacerlo no debemos distraernos en cuidar cada uno su quintita. Tenemos que aprender de la historia. En 2015 perdimos las elecciones contra la más perversa de las fuerzas políticas por apenas un punto y medio. Y debemos recordar que en 2015 hubo sectores del campo popular que se enojaron, jugaron a desgastar al gobierno de Cristina y terminaron siendo funcionales a la derecha que efectivamente ganó y nos devaluó de todos los modos posibles.

Hace unos programas felicité al compañero Sergio Palazzo por su discurso en el Congreso de la CGT del año 2016. En ese acto, en el estadio de Obras Sanitarias, Palazzodecía que no se necesitaba una nueva Comisión Directiva, y reclamó en cambio un plan de acción y un proyecto común para enfrentar a Macri. Y aún hoy Palazzo sostiene la necesidad de un programa. Sin embargo, de ese acto de la CGT salió elegido el trinomio Daer-Acuña-Schmid.Y la respuesta de Palazzo fue su salida y la consolidación de la Corriente Federal.
El domingo pasado le pregunte en la misma línea al compañero Jorge Sola, del Sindicato de Seguros, si veía posible una unidad del movimiento obrero, tomando como ejemplo lo que habían hecho muchos sectores políticos para ganarle alneoliberalismo que representaba el gobierno anterior. La respuesta de Jorge fue que lo primero, y lo más importante, era encontrar las coincidencias para llevar a cabo un plan común entre los distintos sectores. En definitiva,definir la Plataforma de ese movimiento obrero. Yo creo, sinceramente, que en el peronismo tenemos material teórico de sobra. El general Perón nos dejó El Modelo Argentino, y el movimiento obrero tiene los años de resistencia, los Programas de La Falda y Huerta Grande, y el programa de 26 puntos que nos dejó Saúl Ubaldini. Por nombrar algunos.

El enemigo hace rato que nos ha declarado la guerra. Las palabras han sido reemplazas con hechos. Hoy un trabajador registrado a veces no llega a fin de mes. Ni hablar de los informales y de los que ni siquiera tienen cómo ganarse el pan.
Creo que en este nuevo escenario los trabajadores tenemos que dar un paso adelante y bajar nuestras banderas sectoriales en pos de una construcción de unidad. Y la unidad no significa la sumatoria de dos centrales sindicales. La construcción de la unidad se hace con respeto, con verdadero espíritu fraternal. Y requiere también la participación activa del Estado. Néstor Kirchner nos enseñó que cuando hablamos de todos, hablamos de TODOS. Néstor creó derechos y puso al Estado al servicio de los trabajadores.  A nosotros nos toca entonces honrar a todas las organizaciones, sin importar si son chicas o grandes. Detrás de cada organización hay trabajadores, en eso somos todos iguales. Si queremos unidad tenemos que respetarnos. Y lo tenemos que hacer. El costo de no hacerlo es la vuelta al poder de los que la quieren toda para ellos.

Es el mismo respeto que exigimos para nosotros, para los canillitas. Un gremio chico que nos toca discutir, mano a mano, contra las grandes editoriales.
Hoy el sistema de distribución y ventas de diarios y revistas está absolutamente anarquizado. Funciona una “desregulación de facto” del sistema, en el que cada uno puede hacer y deshacer a su antojo. Cada actor con el poder suficiente para hacerlo, distribuye y vende donde se le da la gana. Con lo cual, la mayoría de los compañeros se ven perjudicados. Incesantemente reclamamos la intervención del Ministerio de Trabajo. Y hoy tenemos para compartir una excelente noticia, que también es fruto de nuestro reclamo colectivo: el miércoles el Gobierno aprobó la nueva estructura del Ministerio de Trabajo, y la novedad es que nuestra actividad vuelve a estar regulada por una Dirección de Regulación del Sistema Nacional Integrado de Venta y Distribución de Diarios, Revistas y Afines, algo que tanto reclamamos. Esta es realmente una excelente noticia para nuestra actividad.

Está claro que la única pelea que sirve es la pelea colectiva. Perón decía que “muchos perros hacen la muerte de un ciervo”. Y estoy convencido de que hoy, más que nunca, es hora de ser perros.